Desde el 1 de enero de 2014 es obligatoria la aplicación de la nueva normativa en GIP, Gestión Integrada de Plagas. Los agricultores de la Unión Europea tendrán que contratar asesores o bien aplicar los puntos recomendados por las Guías GIP, que publicará el Ministerio de Agricultura, para aplicar soluciones menos peligrosas para la salud humana y el medio ambiente a la hora de controlar las plagas.
Ante ese nuevo escenario, se ha celebrado en Barcelona el Smartfruit Congress 2014 que ha reunido a un gran número de expertos del sector agrario: académicos, ingenieros agrónomos, técnicos de los departamentos de agricultura de diferentes comunidades autónomas, agricultores, comercializadores de grandes cadenas de alimentación y distribuidores de productos químicos y biológicos de uso agrícola.
Tras las jornadas cabe concluir que, aunque se está avanzando en el uso de semioquímicos y de biopesticidas, parece lejano el horizonte de poder disminuir notablemente el uso de químicos en la agricultura. Y también parece que va a seguir apostándose por los transgénicos. La manipulación genética ha hecho posible que determinadas plantas sean resistentes a los ataques de hongos, nematodos…o que otras dejen de ser “apetecibles” para determinados insectos. Incluso que puedan resistir heladas y soportar la salinidad de los ambientes marinos o las sequías.
Hay una gran enfrentamiento entre quienes defienden que siga llevándose a cabo la llamada REVOLUCION VERDE , que busca cultivos intensivos que necesiten menos suelo y energía, tendiendo a disminuir el porcentaje de productos químicos por tonelada de alimento, y quienes defienden el producto “bio”. Los primeros lucen su gesta de haber triplicado la producción por metro cuadrado a lo largo de los últimos 40 años y acusan a los bio de ser los culpables de la mayor agresión medioambiental: utilizar nuevo suelo salvaje. En la ponencia inaugural del Smartfruit 2014, el Dr. Francisco García Olmedo , exprofesor de la Universidad de Madrid y autor de las primeras patentes de plantas transgénicas en España, señalaba a los alimentos ecológicos como los nuevos invasores de terreno virgen. Explicaba, además, que “ algunos multimillonarios, como Travolta, Soros o Julio Iglesias, están comprando millones de hectáreas de terrenos vírgenes ubicados sobre acuíferos en Sudamérica. Saben que en el futuro esos terrenos cotizarán al alza por el crecimiento demográfico y la necesidad de generar sustento para una población de 10.000 millones en 2050. Europa usa ya 35 millones de has. no europeas para alimentarse. Se destruye el suelo cultivable a marchas forzadas y en breve habrá menos de 2000 ms2 por persona. Así que la solución sigue estando en los transgénicos, que han permitido pasar de alimentar 2.000 millones de habitantes a alimentar 6.500 millones en 40 años ”
Pero son cada vez más las voces que se alzan en contra de los transgénicos y los productos químicos y apoyan el uso de los biopesticidas y el cambio de conciencia global para reducir drásticamente la ingesta de carne y apostar por una alimentación 80/20. La razón es doble: por un lado no nos podemos permitir utilizar tanto terreno cultivable para alimentar al ganado y , por el otro, los nutricionistas recomiendan que sólo una cuarta parte de lo que comamos sea de origen animal.
Pero, cómo reducir de dependencia de los pesticidas?
Sin duda utilizando sistemas alternativos NO QUIMICOS: bio y sostenibles. Valentín Almansa, Director General de Sanidad en la producción Agraria del Ministerio de Agricultura, comenta que “ usar técnicas alternativas , reduciendo el impacto de los plaguicidas es un enfoque diferente al clásico, que trata el problema cuando éste llega. Ahora se busca tomar un conjunto de medidas en donde el tratamiento químico es una de ellas pero desde luego no es el único, ni el principal. Con una buena red de vigilancia podemos anticiparnos a la plaga y si hay que usar productos fitosanitarios, hacerlo eligiendo bien el momento, el producto y la dosis. Eso es la Gestión Integral de Plagas.Para ello debemos trabajar en la concienciación, en el cambio general en la manera de trabajar, formando y transfiriendo conocimiento a los técnicos y agricultores”
La principal novedad en 2014 es que en la Unión Europea va a ser “obligado asesorarse sobre uso de fitosanitarios en situaciones de mayor riesgo o bien aplicar las recomendaciones de las guías de buenas prácticas. Hay que ver cual es la lista de cultivos para los que habrá que contratar asesoramiento y cual serán objeto, únicamente, de las guías GIP ( de gestión integrada de plagas)”.
El Ministerio de Agricultura prevé publicar las guías de cultivo antes del verano. Mientras que ya hay un buen número de asesores registrados en el ROPO (Registro Oficial de Productores y Operadores). Estos asesores firmarán un contrato con los productores y utilizarán un cuaderno de campo de la explotación que será uniforme para toda España y en el que deberán evaluarse el estatus fitosanitario y el riesgo medioambiental con respecto al uso de fitosanitarios en la explotación. También se procederá a un registro de las actuaciones fitosanitarias llevadas a cabo en ésta y que podrán acabar ligadas a la trazabilidad del producto.
Las dificultades son cada vez mayores para los productores aunque, como bien apunta Miquel Molins , Director Gral. de Agricultura y Ganadería de la Generalitat, “la normativa de la UE destinada a la IPM, es la respuesta a las peticiones de seguridad alimentaria de los consumidores. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria pretende evitar riesgos no únicamente para las personas sino también para el medioambiente”.
Lo que va a ser de obligado cumplimiento desde 2014 hace tiempo que se viene poniendo en práctica en Cataluña: “En 2013 ya se reconocían los asesores (487) para las GIP y de hecho hay 44.500 carnets de aplicadores en nuestro territorio. Se han hecho pruebas piloto en explotaciones , se ha elaborado un cuaderno de explotación con sistema informático y se está formando a los agricultores para facilitar la adaptación a la nueva normativa”. Todo para conseguir una mejora medioambiental que apoyan con especial ímpetu las ADV ( Agrupaciones de Defensa Vegetal).
Entre las técnicas alternativas están la captura masiva de insectos, la confusión sexual por feromonas ( semioquímicos) y la lucha biológica.
Y quién paga el cambio?
Según Valentín Almansa hay 4.000 millones euros del fondo de desarrollo rural de la UE para reforzar el estudio científico: “En el marco de desarrollo rural se van a crear grupos de interés para desarrollar investigaciones y también hay apoyo económico para registrar nuevos productos, incluso a través de un registro rápido”.
Pero, mientras tanto, los agricultores siguen con la mosca en la oreja, literalmente. Jaume Gomis, d’Unió de Pagesos, se quejaba amargamente de las grandes pérdidas de este año por culpa de la mosca del olivo y otros insectos que han atacado almendros y avellanos: “ Como consecuencia de los recortes que ha hecho la Generalitat por la crisis económica que han afectado algunas de las oleadas de fumigaciones en avión que se hacen anualmente en el delta del Ebro. De las tres que se hacían hasta ahora se ha realizado solo una por lo que la mosca se ha extendido rápidamente”. La Generalitat arrastra los recortes que vienen de Madrid y, al final, lo acaban pagando, por este orden, el productor y el consumidor final. Pero también hay que reconocer el esfuerzo de la Conselleria de Agricultura, con Josep Maria Pelegrí al frente, a la hora de albergar el congreso Smartfruit 2014. Todo un éxito de asistencia, un programa plagado de contenidos interesantes y muchas ideas en el aire para intentar frenar, por ejemplo, a la Xylella Fastidiosa, una bacteria que llega de Italia y que , como su nombre indica, está fastidiando gravemente al olivo.
Verde esperanza
Los Bioplaguicidas, o pesticidas de origen biológico, son la gran esperanza. Ya sean microbianos o no, se espera que ellos acaben siendo los principales encargados de la actividad fungicida, bactericida, insecticida, nematicida, herbicida…A ver si así las grandes cadenas de supermercados, que ahora limitan los productos que contienen residuos químicos, pueden aflojar un poco el cinturón a los productores. Aunque, entre coffee break y coffee break, me han contado que una importante cadena alemana, cuyo lema es “la calidad no es cara” , solo prohíbe los residuos químicos que no produce el gran fabricante alemán (léase compatriota) para quien el dolor de cabeza ha sido la mejor manera de lucrarse.
Abel Mariné, Profesor emérito de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona, en funciones de moderador durante el congreso, ha recordado que la solución siempre pasa por encontrar el equilibrio. Mariné ha citado a Francisco Grande Covián : “Nada más ecológico que la bacteria del cólera, nada más químico que el cloro y gracias a clorar las aguas no nos morimos de esa enfermedad” y nosotros concluimos citando a Mariné “lo natural no debe demonizar lo químico!”. Pues en eso estamos…