PERIODISMO

Prensa, radio, televisión… He sido afortunada de poder hacer de periodista en los tres medios por excelencia. Alguna vez me han pedido que eligiera entre uno u otro como vehículo de comunicación pero, con el corazón en la mano, no me veo capaz de hacerlo. Es como pedir que uno escoja entre el padre o la madre. Lo importante es informar correctamente, sabiendo sacar partido de las herramientas propias de cada medio y siendo fiel a valores profesionales y personales. En este sentido, fue un honor para mí ser vocal a lo largo de cuatro años del Colegio de Periodistas de Cataluña, del que soy miembro desde 1987 y donde siempre se ha trabajado en la defensa de la dignidad del periodismo.

Me permito aquí una reflexión: cada vez es más difícil separar entre informadores y receptores de la información. Todo el mundo es un periodista en potencia. De hecho internet la hacemos entre todos, poniendo información a diestro y siniestro, a menudo sin ningún tipo de filtro. Este siglo XXI, estamos viviendo como nunca un enfrentamiento entre la libertad de expresión y la inconsciencia. Y a veces olvidamos que el periodismo es una profesión de gran responsabilidad social que, alejada de la integridad, se convierte en un patio de cotilleos y, en el peor de los casos, en un gesto de connivencia con los que no cuidan nuestra sociedad.