Catalunya Ràdio ha sido “mi casa” durante 13 años, del 1983 al 1996 cuando me incorporé a la sección de deportes de TV3 (Televisión de Cataluña). A la radio llegué con sólo 19 años y gracias a que Lluís Canut, que había visto un par de entrevistas mías en Sport, me propuso presentarme a las pruebas de selección. Fue una etapa muy especial para mí. Me recuerdo cargada de ilusión. Siempre he dicho que vivir el nacimiento de un medio de comunicación fue una experiencia mágica.

Además, no era una radio cualquiera sino la Radio Nacional de Cataluña. Todos éramos muy conscientes de esta responsabilidad. Representábamos un país y, por ello, era tan importante la forma como el contenido. Sí. Éramos muy jóvenes. Pero estábamos dispuestos a demostrar que se podía hacer una radio fresca sin perder la rigurosidad. Queríamos ganarnos la credibilidad y la audiencia desde el compromiso del respeto a los valores y el buen gusto.

Formar parte durante 9 temporadas del equipo de transmisiones de fútbol en catalán con Joaquim Maria Puyal y Antoni Bassas significó mi consagración profesional. El punto que marcó el antes y el después de mi trayectoria, porque sin el empuje de la que ahora denominan TdP, la Transmisión de Puyal, difícilmente habría acabado haciendo televisión. Fue durante la época del Dream Team cuando, de la mano de Cruyff y Rexach,  el barcelonismo cambió el chip y empezó a sentirse ganador.
Hay muchos momentos memorables pero, sin duda, el 1992, con Wembley y los Juegos de Barcelona, se ha convertido en el mejor año de todos los que viví micrófono inalámbrico en mano.